Hoy os queremos hablar de la condropatía rotuliana, una lesión degenerativa que afecta al cartílago de la superficie articular de la rótula.
Se caracteriza por un dolor en la cara anterior de la rodilla, que se relaciona con la actividad física y empeora tras una flexión de rodilla mantenida. En los movimientos de flexo-extensión de rodilla pueden aparecer roces y crujidos de la rótula con el fémur. Además, se suele observar una marcada atrofia o debilidad en la musculatura cuadricipital, que viene acompañada de un acortamiento de la cadena muscular posterior (isquiotibiales, gemelos y sóleo…), y que produce una biomecánica anormal en la articulación que hay entre fémur y rótula.
Grados:
Diferenciamos 4 grados de lesión según la afectación del cartílago:
- Grado I: reblandecimiento del cartílago, sin fisuras.
- Grado II: fisuras del cartílago superficiales.
- Grado III: fisuras del cartílago profundas.
- Grado IV: exposición del hueso subcondral, con pérdida de espesor del cartílago.
Causas:
La condropatía rotuliana es de causa multifactorial y puede estar producida por factores mecánicos (desalineación articular y/o posición incorrecta de la rótula), traumatismos repetidos en la rodilla, movimientos que producen compresión del cartílago, además de una serie de factores que influyen de forma negativa en el desgaste del cartílago articular (sobrepeso, debilidad muscular, rodillas en valgo, dismetría en las piernas…).
Uno de los ejercicios que debemos evitar, entre otros, es la sentadilla profunda. Al realizar este ejercicio la rodilla llega al rango máximo de flexión, a la vez que soporta el peso de nuestro cuerpo y la carga externa en el caso de que la hayamos añadido. En este punto, el tendón rotuliano ejerce una gran presión sobre la rótula, que fricciona con la cara articular del fémur y produce el desgaste del cartílago. Además, en caso de que ya exista lesión, al realizar este movimiento se reproducirán los síntomas.
Tratamiento:
El tratamiento de la condropatía rotuliana va orientado hacia el alivio del dolor y al trabajo de la fuerza y el equilibrio de la articulación. En la fase aguda se puede aplicar hielo para conseguir un efecto antiinflamatorio y realizar estiramientos suaves y masoterapia para conseguir relajar el tono muscular. Más adelante, se realizan ejercicios de potenciación, fortalecimiento y flexibilidad muscular, combinados con un trabajo de propiocepción, además del tratamiento de la alineación de la rótula para conseguir una biomecánica correcta.
Prevención:
En cuanto a su prevención, se puede seguir una serie de pautas para disminuir el riesgo de padecer esta patología: adecuar la intensidad del ejercicio que realizamos a nuestras capacidades, evitar sobrecargar la rodilla (no realizar acciones repetitivas que supongan gran impacto para la articulación), bajar de peso si es necesario y realizar un trabajo de fortalecimiento y estiramiento de la musculatura de la pierna.