Hoy os queremos hablar del codo de tenista, una lesión que se ha asociado siempre a la práctica de deportes de raqueta. A pesar de su nombre, es frecuente padecer esta lesión si tienes una sobrecarga de la musculatura del antebrazo en el ámbito laboral o si realizas una actividad en la que haya una solicitación excesiva y repetitiva de esta musculatura.
El codo se forma por la articulación entre cúbito, radio y húmero. Este último tiene dos prominencias óseas llamadas epicóndilos (lateral y media) en las que se inserta la musculatura extensora y flexora (respectivamente) de la muñeca y los dedos. El codo de tenista o epicondilitis lateral consiste en la inflamación de los tendones de dicha musculatura extensora, debido a los microdesgarros provocados por el sobreuso y la realización de actividades repetitivas que implican la acción de agarre.
Síntomas:
- Dolor: local en la cara lateral del codo (epicóndilo externo) e irradiado hacia la mano. También aparece dolor a la palpación y este disminuye con el reposo y durante la noche.
- Pérdida de fuerza: el gesto de agarre se ve afectado, además de los movimientos de extensión de la muñeca y supinación del antebrazo.
- Rigidez: en el codo y la mano.
El tratamiento debe consistir en primer lugar, debido al origen inflamatorio de la lesión, en la aplicación de hielo local. Debemos reducir o si es posible cesar de forma total las actividades que por sobrecarga o repetición han generado esta lesión. Realizaremos masaje de descarga en la zona para conseguir reducir el tono de la musculatura afectada. Una vez hayan disminuido el dolor y la inflamación, comenzaremos con una segunda fase del tratamiento en la que el objetivo será fortalecer y estirar la musculatura del antebrazo.
En esta lesión es importante, además de aplicar un buen tratamiento, realizar una prevención para que no haya recidivas. Realizaremos esta prevención mediante el fortalecimiento y el estiramiento de los músculos flexores y extensores del antebrazo. También podemos corregir el gesto deportivo o laboral, para evitar movimientos inadecuados que sobrecarguen la zona.