Es frecuente no diferenciar entre artritis y artrosis o pensar que son lo mismo, sin embargo, son dos patologías diferentes. En este post os explicamos las diferencias básicas entre ellas.
¿QUÉ ES?
La artrosis es una enfermedad degenerativa que se asocia al envejecimiento y produce la degradación del cartílago articular, cuya función es amortiguar el impacto y permitir el deslizamiento entre superficies articulares. Al disminuir el grosor del cartílago, se produce roce entre los huesos de la articulación, que sufren deformaciones.
La artritis es una patología inflamatoria que afecta principalmente al tejido sinovial (membrana que recubre la parte interna de la cápsula articular) y que puede ir acompañada de enrojecimiento y aumento local de la temperatura.
FACTORES DE RIESGO/CAUSAS.
Existen factores que favorecen la aparición de estas patologías por igual (sexo femenino, predisposición genética, obesidad). La artrosis afecta principalmente a personas de edad avanzada, que han hecho un sobreuso de la articulación afectada o bien que han sufrido traumatismos repetidos en esa zona. Por otro lado, la artritis puede aparecer a cualquier edad, debida a un fallo del sistema inmunitario, después de un traumatismo, por una infección e incluso por el tabaquismo y el estrés.
SÍNTOMAS.
En la artrosis el síntoma principal es el dolor articular, que suele aumentar con la sobrecarga y el movimiento y disminuye con el reposo. Aparece también rigidez articular tras periodos de inactividad, suele durar poco tiempo (hasta 30 minutos) y desaparece con el ejercicio.
La artritis suele aparecer en forma de brote, pudiendo durar desde varios días hasta varios meses. En este periodo, aparece inflamación articular, enrojecimiento, dolor y rigidez. El dolor suele permanecer todo el día y se intensifica con el reposo y durante la noche. La rigidez es generalizada, más intensa después de un largo periodo de reposo (al levantarse por la mañana) y suele durar más tiempo que en la artrosis. Además de estos síntomas podemos encontrar fiebre ligera, cansancio y malestar general…
TRATAMIENTO.
En ambas patologías la fisioterapia puede ayudar a aliviar los síntomas mediante diferentes técnicas como son la movilización-tracción articular, la masoterapia y el ejercicio terapéutico.
Es interesante relajar la musculatura sobrecargada ya que puede estar produciendo una mayor presión sobre la articulación afectada. Además, la movilización-tracción articular ha demostrado ser una de las técnicas más eficaces en el tratamiento de la artrosis.
En lo referente al ejercicio físico, debemos valorar la actividad que realiza el paciente y ver si está a su alcance. A parte de ello, realizar un programa de ejercicio terapéutico basado en las limitaciones del paciente nos ayudará en el desarrollo de la fuerza y la amplitud articular y además, nos ayudará a perder peso, que es el principal enemigo de la artrosis.
Por otro lado el tratamiento farmacológico consiste en la ingesta de antiinflamatorios y analgésicos para aliviar los síntomas de ambas patologías. En último lugar, existe la posibilidad del tratamiento quirúrgico, cuando la patología está muy avanzada (artroscopia o bien reemplazo parcial/total de la articulación).
En esta imagen se resumen las características principales de cada patología.